El premio a Carter es un poderoso contraataque sobre la "teoría del desacoplamiento" entre China y los Estados Unidos

En la tarde del miércoles pasado, hora local, la Fundación de Relaciones Sino-estadounidenses George Bush de EE. UU. otorgó el primer Premio de Liderazgo en Relaciones China-EE. UU. al expresidente, Jimmy Carter, en reconocimiento a su destacada contribución al desarrollo de las relaciones chino-estadounidenses.

Carter, de 94 años de edad, fue un presidente demócrata. Durante su mandato, China y los Estados Unidos establecieron relaciones diplomáticas formalmente. George Bush era republicano. Se desempeñó como director de la Oficina de Enlace de los Estados Unidos en China desde 1974 a 1975. Falleció a la edad de 94 años a fines de noviembre del año pasado.

En el contexto de la escalada actual de la fricción comercial entre China y los Estados Unidos y la tensión entre las relaciones bilaterales, un presidente demócrata recibió el premio que lleva el nombre del presidente republicano, lo cual es significativo. Esto demuestra que, en términos de mantener el consenso y la disposición de las relaciones y la amistad chino-estadounidenses, la visión de muchas elites políticas estadounidenses ya han superado los intereses partidarios estrechos. Como constructor activo de las relaciones chino-estadounidenses, el premio de Carter es un poderoso contraataque a la "teoría del desacoplamiento entre China y EE.UU.".

Desde que la visita de Richard Nixon a China abrió "7 días para cambiar el mundo", y Carter decidió abrir una "nueva visión" para que Estados Unidos establezca relaciones comerciales con China, hasta que George Bush asumió el cargo, se convirtió en el presidente de Estados Unidos que visitó China lo más pronto posible, estos personajes políticos que protegen realmente los intereses de EE.UU., ante los cambios en la situación internacional, han optado por desarrollar relaciones con China. Esto se debe a que comprenden profundamente que solo la cooperación chino-estadounidense puede salvaguardar verdaderamente los intereses de los Estados Unidos y promover el desarrollo y la estabilidad regional y mundial.

Carter mencionó recientemente en su discurso al público en su ciudad natal de Georgia que el actual presidente de los Estados Unidos lo había llamado y expresó su preocupación por una superación de China sobre los Estados Unidos. Carter dijo que Estados Unidos ha estado ocupado con la guerra durante muchos años, mientras que China está comprometida con el desarrollo económico y la mejora de los medios de vida de las personas. Enfatizó que una superpotencia no puede simplemente entender que tiene la fuerza militar más poderosa, sino que puede convertirse en un líder en la creación de una vida mejor para la gente.

A medida que el mundo experimenta un cambio nunca visto en los últimos 100 años, las interferencias en los Estados Unidos no deberían perturbar el futuro de las relaciones chino-estadounidenses. Como dijo Carter, Estados Unidos y China tienen culturas, historia, formas de gobierno, intereses y niveles de desarrollo muy diferentes. "Pero también creemos que el objetivo de vincularnos, el respeto mutuo, la búsqueda de la paz, la prosperidad y el progreso, es más importante que nuestras diferencias". George Bush también dijo: "Uno de mis sueños para el mundo es que estos dos gigantes poderosos (China y Estados Unidos) continúen trabajando para construir una asociación y amistad integrales para el mundo y traer paz y prosperidad para las masas populares de diversos lugares del mundo".

La voz racional de estos altos personajes políticos estadounidenses debe convertirse en la corriente principal de las relaciones entre Estados Unidos y China. Estas voces, como una especie de rayo, penetraron en las nubes oscuras apiladas por unos pocos políticos estadounidenses con rumores de opinión pública, que hicieron ver claramente a la sociedad estadounidense que China y los Estados Unidos tienen frecuentes intercambios e intereses, y es imposible "desacoplarlos"; la cooperación con China es la verdadera responsabilidad de los intereses nacionales de los Estados Unidos.