No hay mercado para los politicastros estadounidenses irresponsables

Richard Horton, editor en jefe de“Lancet”señaló el día 4 de agosto en un reportaje publicado en el periódico“The Guardian”de Gran Bretaña, que los políticos de Occidente tratan de culpar a China por la pandemia, con el objetivo de reescribir la historia de la Covid-19 y obviar sus propias fallas. Liderados por el gobierno de EE.UU., los políticos occidentales han intensificado sus ataques contra China, pero la reacción es desproporcionada con la realidad de las valientes contribuciones hechas por los científicos chinos en la lucha global contra la pandemia.

Como lo ha dicho Horton, todo el mundo ha conocido el intento de los politicastros norteamericanos de señalar a China; e incluso algunos medios de comunicación de EE.UU. no toleraron más esta situación. Recientemente, el asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, usó repetidamente el término "virus chino" cuando ofrecía una entrevista a la cadena CNN. El presentador John Berman tuvo que suspender el programa después de varias advertencias en vano a Navarro para que no usara dichas calificaciones.

A partir del brote de la epidemia de Covid-19, con los avances en las investigaciones y los científicos de todo el mundo trabajando sin cesar, se han logrado identificar pruebas de que es errónea la opinión de“el origen de la Covid-19 es el laboratorio en China”, y estudios demuestran que hubo muestras del nuevo coronavirus meses antes de que el virus saliera a la luz pública.

Se descubrieron muestras del nuevo coronavirus en los residuos de agua reservados de España en el marzo de 2019, lo que adelantó mucho la aparición del virus. Robert Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, reconoció por primera vez a finales de julio a través de una entrevista de la American Broadcasting Company (ABC) de que la entrada del nuevo coronavirus de Europa a EE.UU. antes de que la parte norteamericana diera a conocer el problema, es la principal causa del brote de la pandemia en los Estados Unidos.

En estos días, la conocida revista“Ciencia”publicó una entrevista de Shi Zhengli, miembro del Instituto de Investigación de Virus de Wuhan de la Academia de Ciencias de China. Ella afirmó que nunca tuvo contacto con el nuevo coronavirus ni supo la existencia de dicho virus. Además, señaló francamente que las palabras del dirigente estadounidense son opuestas a la realidad, y perjudican los trabajos y la vida individual de los científicos chinos.

Con el fracaso de la prevención y control de la epidemia y la ansiedad del reinicio de las actividades económicas, se incrementaron en gran medida los nuevos casos de la Covid-19 en numerosos estados. El PIB de EE.UU. en el segundo trimestre ha caído a 32.9%. En julio pasado, sólo aumentaron 167.000 empleos en los ámbitos privados del país. Según un sondeo de opinión realizado en conjunto por ABC News e Ipsos, sólo el 34% de los estadounidenses consideraron buena la gestión del gobierno en la lucha contra la epidemia.

Este año se realizará la elección presidencial, los politicastros estadounidenses no pudieron aceptar el fracaso, por lo que quisieron descargar sus responsabilidades a China para distraer los sentimientos descontentos de sus ciudadanos. Stephen Roach, investigador principal de la Universidad de Yales, indicó el día 4 de agosto en un reportaje que las teorías de conspiración han sido durante mucho tiempo“la tarjeta de presentación”del gobierno estadounidense.

Algunos extremistas norteamericanos difamaron a China con las mentiras y exaltaron el odio de la comunidad estadounidense en contra de los chinos, con el intento de evocar“una nueva guerra fría”aprovechando la pandemia.

Hoy en día, tratar a los chinos como enemigos no corresponde a los intereses de EE.UU. Todos los países enfrentan la lucha contra la epidemia y la revitalización económica, la unión y la cooperación son las mejores armas, especialmente China y EE.UU. como las dos potencias deben cargar más responsabilidades al respecto.